Poema #7 – Pedro Maza

Dios en la sala de espera.

En las sala de espera del hospital

las horas parecen muertas

mientras una mujer africana reza

en un inglés taciturno y maníaco

que deja el suelo del hospital

plagado de plegarias temblorosas.

como la noche se ríe de los rezos

la mujer negra canta con la voz rota

rota de lágrimas y de cansancio

en un idioma que es muchos

pero que bien podría no ser ninguno

y me parece ver a Dios sentado

esperando a que salven su credo

sabiendo que bajo estas luces psicópatas

no existe el poder de los dioses

ni hay fantasmas, ni demonios, ni sueños

solo horas que pasan sin esmero.

la mujer espanta el llanto cantando

un hombre se afana en un crucigrama

(tampoco sabe que ahí no hay respuestas)

a mi el libro me pesa en las manos

y el tiempo es un pequeño esperpento

aquí, donde una mujer negra canta

donde los cuerpos no son templos

las almas ni ascienden ni se condenan

la sangre se cuantifica y el amor se sacrifica

y todo el mundo lleva colgado del rostro

sus altares y pequeños infiernos.

la mujer cesa el canto y veo a Dios llorando

el suelo está lleno de rezos muertos

y pienso en que el crucigrama de la vida y la muerte

vamos rellenando huecos mientras quedan.

Poema de Pedro Maza

Poema #6 – Pedro Maza

Orgasmo.

Me agarrabas con las uñas
con el ansia de un alma recién despierta
yo entraba en ti
con todo lo que tengo dentro
mirándote a la cara
tu boca entreabierta
los ojos cerrados
y entraba en ti
una y otra vez
mientras el orgasmo
te comía el corazón
y me agarrabas
con las uñas
con el alma despierta
¿Cómo puedo quererte tanto?
dijiste
lo triste
es que solo yo
recuerdo aquel momento.

 

Poema de Pedro Maza

Lentes de Honor: Enrique Meneses – por Eliezer Sánchez

El fotoperiodismo español tiene como mito a Enrique Meneses (Madrid, 1929), una figura de la fotografía española que fue testigo en primera fila de la historia del siglo XX.

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Tras esta vorágine de actualidad mundial, Meneses volvió a Madrid, donde creó varias agencias de prensa como Prensa Universal, Delta Press y Fotopress. En TVE llevó a cabo varios proyectos como ‘A toda plana’ o ‘Reporteros’. Radio, prensa, revistas, televisión y libros. La multifunción como estandarte. Meneses murió en Madrid hace apenas dos años, a la edad de 83 años.  010

Meneses contaba con una visión limpia y objetiva de la actualidad, contaba las historias desde la cámara y el bolígrafo con total imparcialidad. Esta característica, tan difícil de encontrar hoy en día nos permitía ver a través de su fotografía esa cercanía que mostraban sus reportajes, en que su lente pasaba por completo desapercibida por los testigos de la historia.

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Una figura como la suya no ha recibido quizá toda la gloria y el reconocimiento que merece, pero quizá él tampoco la quiso nunca. Al menos nos queda toda una vida llena de negativos, carretes, publicaciones e historias, igual de importantes e interesantes que las de otros fotógrafos con mucho más calado social.

Afortunadamente, podemos disfrutar a día de hoy en la Fundación del Canal de Isabel II de una magnífica exposición de su vida y obra ‘Enrique Meneses: La vida de un reportero’ encuadrada en el Festival PhotoEspaña 2015 y comisariada por Chema Conesa. Contiene una cuidada selección de 90 fotografías en blanco y negro con lo mejor de su obra fotográfica. Imprescindible.

Escrito por Eliezer Sánchez

http://www.eliezersanchez.com

Poema #5 – Pedro Maza

Alcalá fornication II

Teclear a través del whisky es difícil

el juego sigue, ya lo creo

pero siempre sentiré que me falta la reina

quizás todo sea un mal chiste

una preciosidad de ojos azules

se me quedó mirando esta tarde en una cafetería

y tenía la sensación de que esta noche

algo bueno iba a pasar

una jovencita de ojos azules

creí que era una buena señal

creía

antes del alcohol y de las horas

que algo ocurriría.

eso creía.

Poema de Pedro Maza

Poema #4 – Pedro Maza

Tarde de cementerio

Ya no importa si fuiste buena mujer o no

si fuiste buena o mala madre

tengo la sensación de que tu cuerpo viejo

desecho encima de la cama del hospital

ahora es lo único que importa.

O quizás importa todo lo demás

y la edad se lo traga todo

como se tragan los años los días

sin piedad, sin malicia

como una apisonadora con la directa

cuyo conductor ha saltado en marcha.

Pero hoy no soy capaz de recordar

ni tu risa, ni casi tu voz, ni tus ojos

solo recuerdo tu cuerpo allí tirado

y como trataba de ver a través de él

de la edad, de la demencia

la persona que fuiste

la que tantos días llenó de mi infancia.

Supongo que hoy importa

lo que me llegue a importar a mi

pero tengo esa imagen clavada

allí tirada en el hospital

con la boca abierta y tu humanidad perdida

recuerdo eso y ya no sé lo que importa

y mientras cae la tarde en el tanatorio

se que no importan los años ni los recuerdos

solo esta mierda de paredes

y los putos patos del estanque

y tu cuerpo esperando a que lo quemen.

Poema de Pedro Maza

Impresiones sobre «Clandestino» – Por Javier Solís

Hace años, al comenzar a interesarme por el mundo de la literatura (que durante mi infancia tuvo que competir con fiereza con los videojuegos, otra pasión poco glamurosa en ambientes adolescentes), encontré una saga de libros policiacos para niños llamada “Alfred Hitchcock y los tres investigadores”, que trataba acerca de un puñado de chavales que resolvían pequeños misterios en su ciudad. Durante varios meses estuve sacando esas novelillas de la biblioteca y leyéndolas en mis ratos libres, hasta el punto de que mis padres llegaron a prohibírmelas porque no hacia los dichosos deberes del colegio. Desde entonces, toda vez que se despertara en mí el gusto por otro tipo de literatura, he ido dejando el género policiaco o de la novela negra un poco apartado, si bien es cierto que, ocasionalmente, recurro a él para descongestionarme, para reencontrar a esos personajes oscuros de los bajos fondos, los tipos duros metidos en negocios turbios, policías con convicciones y métodos poco expeditivos, corrupción y legalidad tranquilamente vulnerada en ambientes de alcohol, de dinero fácil y ajustes de cuentas. Ámbitos que la mayoría solo conocemos de oídas y que alternativamente nos repelen y nos atraen, fantaseando con haber formado parte de ellos.

De entre todas las grandes figuras de la novela negra, no cabe duda que el escritor estadounidense James Ellroy es una de las principales referencias. Posiblemente no haya nadie que no conozca títulos como “La Dalia Negra” o “L.A. Confidencial”, llevadas recientemente al cine y principales exponentes de un universo oscuro, de reversos elegantes contrapuestos con otros brutales, decadentes, repletos de vicios tan autodestructivos como atractivos, el encanto de las influencias, del poder en la sombra, de la compañía de mujeres interesantes y peligrosas, de la investigación de crímenes enmadejados. Algo de todo eso hay en esta novela, “Clandestino”, que narra los acontecimientos de la vida de un joven y arrogante policía, mujeriego y ambicioso, desde que comienza a investigar los asesinatos de mujeres estranguladas, relacionándolos entre si y rastreando las pistas que deben conducirle hasta el asesino. Como música de fondo, la América de los primeros años cincuenta, el conservadurismo rancio de la época, el anticomunismo, el machismo disfrazado de protección, la intolerancia hacia la homosexualidad o las miserias de los departamentos de policía, con sus tramas, sus informaciones ocultas o sus escándalos públicos.

En ese contexto, James Ellroy demuestra sus principales señas de identidad: la capacidad para absorber al lector a través de un guion directo, sin alardes y sin pretensiones líricas, reflexiones morales o especulaciones sentimentales. Los personajes son complejos dentro de la simpleza de su envoltura superficial, pues en ellos se destila el espíritu de la época, de la floreciente América del siglo XX: convicciones férreas acerca de que el fin justifica los medios, ya sea golpeando a un sospechoso en un motel, amenazando a un camarero, sobornando a una fuente de información o acostándose con una mujer que puede ser útil para resolver un caso. La exposición desvestida de los hechos permite un ritmo veloz, un devenir de acontecimientos que incita a no poder dejar de conocer el siguiente, avanzando por el texto de un modo casi brusco, intrépido y sin descanso, lo que se traduce, esencialmente, en la mejor de sus características: la capacidad de enganchar, de interesar y de emocionar independientemente, o casi, del tipo de lector al que consiga llegar.

Crítica realizada por Javier Solís

jsolisros@gmail.com

«Clandestino» (James Ellroy)

Sobre Lidia Herbada – Por David Desanti

«39 cafés y un desayuno» puede sonar a un buen eslogan para hacer publicidad de una cafetería céntrica, recién estrenada en una de las muchas calles del Madrid de los Austrias. Sin embrago, la realidad es bien distinta. A mi me suena más bien, al grito de guerra de una luchadora madrileña, que poco a poco ve cómo se van cumpliendo sus sueños. Y es que ella lo dejó muy claro con la frase: «Seamos realistas, soñemos lo imposible». Y como si de Calderón de la Barca se tratara, eso fue lo que hizo. Soñó, trabajó y lo consiguió. Estamos hablando de Lidia Herbada, madrileña de nacimiento y soñadora de profesión que se une a la larga lista de autoras JASP (jóvenes aunque sobradamente preparadas) que afortunadamente va engordando para deleite de sus lectores.

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Lidia tenía un deseo por encima de todos los demás: Ser leída. Y tras muchas decepciones con editoriales de nuestro país, se decidió a publicar su obra en Amazon que tras cosechar un éxito apabullante, situándose en la quinta novela más vendida en España y la más demandada en Italia y Alemania, fue una de las editoriales más importantes, Espasa, la que llamó a su puerta, interesada en publicarla.

Fue a partir de 2010, cuando Lidia decidió empezar a presentar sus escritos a concursos literarios y ya lleva nada más y nada menos que siete premios.

Actualmente, tiene cinco novelas publicadas: la mencionada «39 cafés y un desayuno», «Ácido fólico», «Dame un mes soltera», «Dame otro mes soltera» y «Sinfonía de silencios»

Lidia se centra, en todos ellos, en un tema que le apasiona: las relaciones sentimentales y la figura de la mujer en todas ellas, visto en clave dramática en ocasiones y en humor en otras. Lo que es indudable es el éxito y las ganas de leer que despierta entre sus seguidores.

Escrito por David Desanti.

nscdavidst@gmail.com

Lentes de Honor: Robert Capa – por Eliezer Sánchez

El fotoperiodista entre fotoperiodistas, Robert Capa (Budapest, 1913), llamado originalmente Endre Ernő Friedmann fue y será siempre el maestro del fotoperiodismo. Nacido en Hungría, pronto se mudó a París, huyendo del fascismo en Hungría y recalando en París, donde conoció al amor de su vida, Gerda Taro, fotógrafa alemana con la que compartiría cámara y autoría de muchas de sus fotos. Hecho este poco claro hasta unos años.

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Pero Capa no era un novato en el fotoperiodismo de guerra. A pesar de hacerse mundialmente famoso por su cobertura de la II guerra mundial, Capa inició su andadura en el conflicto español. La guerra civil española supuso el comienzo de una trayectoria estudiada mil veces en las escuelas de fotografía. La capacidad de Capa del “aún más cerca” se plasma de manera genial en su cita célebre: “Si tus fotos no son lo bastante buenas, no estás lo bastante cerca”. Toda una declaración de principios que marcó su estilo fotográfico y que probablemente llevó a su muerte durante en Vietnam en 1954, tras la explosión de una mina. Toda una vida de fotografía condensada en apenas veintidós años de carrera.

url Aparte de los mencionados conflictos, Capa también cubrió en esos apenas 22 años la guerra civil española, la segunda guerra chino-japonesa, la segunda guerra mundial (famosísimas sus fotos del desembarco de Normandía), la guerra árabe-israelí y la primera guerra de Indochina.

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Fue en París en el año 1947 cuando fundó, junto a David Seymour, Henri Cartier-Bresson, George Rodger y William Vandivert, la agencia Magnum Photos, la gran agencia de fotógrafos y uno de sus legados más valiosos.

Escrito por Eliezer Sánchez

http://www.eliezersanchez.com

Las bragas en el bolso

Como dicen, volver a casa con la sonrisa puesta… Y las bragas en el bolso.

La cama, en estos momentos, se queda grande. Aunque es solo de 80. O 90.

80 o 90 veces al día son las que pienso en volver a casa con las bragas en el bolso.

Cierto. Exagero.

80 no , pero…

Y eres tu el que hace que mis bragas se pierdan. O que al día siguiente vaya a pagar el café y allí estén, en primera fila, recordándome por qué las ojeras de esa mañana merecen la pena.

Repitamos ojeras.

Piérdeme las bragas y juega con mi cordura.

Deja tu sabor en mi piel.

Coleccionemos lugares de encuentros.

Escrito por Lynae Dalla

https://lynaedalla.wordpress.com/

Sobre J.K. Rowling – Por David Desanti

Por todos es conocida esta autora, una de las más importantes de los últimos años, pero cuando conoces a fondo su historia, sientes un influjo de motivación que te envuelve como si fuera una crisálida. Joanne convierte en realidad una creencia mía: «Si quieres ser millonario, roba un banco o ten una idea». Y eso fue lo que hizo Joanne, tener una idea. Una idea que empezó a madurar, casi sin querer, en un viaje en tren desde Manchester a Londres. Aquel viaje, llevaba nada más y nada menos que cuatro horas de retraso y quizás no le pareció mala idea que surgiera un aprendiz de mago para resolver tan tediosa situación. Ese aprendiz de mago, hoy día tiene nombre y apellido, Harry Potter.

unnamedJoanne fue cogiendo pequeñas pinceladas de su vida personal, para crear unos personajes y una historia fantástica, convirtiéndola en uno de los mayores éxitos de este siglo. Cuando estuvo residiendo en Edimburgo, se recorría varios de los cafés de la zona céntrica, para continuar escribiendo las aventuras y desventuras del joven mago y sus amigos para vencer las fuerzas del malvado Voldemort. A pesar del innegable éxito, su publicación no fue sencilla. Hasta doce editoriales británicas la rechazaron y fue finalmente, la hija del presidente de la editorial de Bloomsbury, la que pidió la segunda parte del manuscrito para poder seguir leyendo. En ese momento, la historia de Harry ya no paró de crecer. Hasta siete partes, componen la saga de este joven brujo, recaudando éxitos, premios y records de ventas.

Estoy seguro de que Joanne, jamás agradeció tanto, que el tren desde Manchester a Londres, tuviera un retraso de cuatro horas y que una niña de ocho años supiera apreciar lo que esta autora quería transmitir a la población más joven. En ocasiones los niños, tienen más aciertos que los adultos.

Escrito por David Desanti.

nscdavidst@gmail.com